lunes, 21 de octubre de 2013

Un futuro educador, yo.

Actualmente nos estamos preparando para ser futuros educadores. Nos están proporcionando conocimientos y técnicas para ser eficientes en dicha función, educar. Pero cuando llegue la hora de la verdad, cuando tengamos que impartir clases, los papeles habrán cambiado y seremos nosotros los que nutramos de conocimientos a los alumnos. Y será el momento de implantar nuestra filosofía de trabajo. De ahí que hayan muchas preguntas a cuestionarse. ¿Cómo serán nuestras clases?, ¿Que pretenderemos en ellas?, ¿Nos importará el rendimiento del alumno?, ¿Tendremos una especial dedicación con los menos avanzados?, ¿Seremos autoritarios?, etc.
A mi pensar, pretenderé que mis clases sean eficientes, atractivas y originales para todos, que no sean una continuación de como han trabajado hasta ese momento, utilizando nuevas técnicas y propuestas para facilitar el aprendizaje. También creo que sería bueno crear un vínculo de comunicación entre los alumnos y el profesor, para proporcionar más fluidez al aprendizaje. Y sobretodo que sean muy dinámicas y no den paso al bloqueo mental del alumno y su cabeza esté en otro lugar que no sea la clase.
Lo más importante será intentar que los alumnos se diviertan aprendiendo y que yo disfrute enseñando.


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